Sunday, May 06, 2012

Dexter. El oscuro pasajero.


Lo típico: una novelita que se consume en un par de días, sin mayores pretensiones literarias. Entretenida. Y eso incluye -en su misma expresión- todo aquello que signifique entretenimiento norteamericano. Cero complejidad, chistes fáciles, enigmas descifrables, final abierto y feliz.
Generalmente, las series televisivas y las películas quedan por detrás -y muy lejos- de sus versiones literarias; pero Dexter es el caso opuesto. La serie es infinitamente superior, aún cuando es una transcripción casi literal de la novela (en la serie cambia el final, el cual creo que es mejor, más "redondo").
Está bien, en mi casa -y después de la insuperable Six Feet Under- sentimos un especial cariño por Michael C. Hall y eso hizo que nos acercáramos a la serie de buen talante; cosa de la cual no nos arrepentimos en lo más mínimo; ahora, además,  el cariño se ha hecho extensivo al resto de la compañía.
Dexter -la novela- es un pequeño pasatiempo entre dos textos de mayor importancia. Lo curioso es que resulta más controvertida que la serie (en cuanto al planteo del carácter moral de un asesino serial pero que sólo actúa contra "los malos"). Eso es algo que Lindsay no quiso, o no pudo, (o quizá simplemente se lo perdió): tratar, y conlleva, en sí mismo un demérito. Hubiesen sido aceptables doscientas páginas más, pero siempre y cuando en ellas se tratara el tema con más profundidad.

Lindsay, Jeff. Dexter. El oscuro pasajero. Barcelona, books4pocket, 2005. título original: Darkly Dreaming Dexter. Traducción: Toni Hill Gumbao.
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