Monday, February 14, 2005

G3. Live in Denver. (Satriani, Vai, Malmsteen)

¿Qué es ser un buen guitarrista? ¿Tener la aptitud de poder tocar diez notas en un segundo o poder tocar lo que sea necesario para que una canción transmita una sensación determinada? Estas preguntas -que parecen ser de respuesta obvia- deben ser contestadas antes de ver un concierto (o un DVD, como en mi caso), ya que depende de lo que esperemos encontrar será el disfrute que vayamos a obtener.
Ésta edición de G3 es la segunda que sale a la venta (la primera incluía a Eric Johnson en lugar de Yngwie Malmsteen; y la tercera es la actual, con Robert Fripp en lugar de Malmsteen y a la que espero con ansiedad) y está dividida en cuatro partes:

1. Joe Satriani.
2. Steve Vai.
3. Yngwie Malmsteen.
4. G3 Jam.

Ya conocía a estos tres guitarristas, y después de ver el concierto solo pude reforzar mis convicciones, las que voy a resumir a continuación y en el mismo orden en que son presentadas las secciones:

1. Creo que Satriani es, lejos, el mejor de los tres. Su técnica no le impide ser expresivo y sus composiciones son variadas. Su set es sólido y equilibrado, permitiéndose tocar una canción suave como "Mignight" junto a un fortísimo clásico como "The Extremist".
2. Steve Vai comienza su set tocando "I Know You're Here" solo en medio del escenario con una guitarra de tres mangos (o diapasones, sería lo correcto). Destreza técnica impecable, aburrimiento asegurado; al igual que en la siguiente canción. Lo mejor fe Vai (Bueno, lo único que vale la pena aquí) es cuando se ponen a tocar junto a sus dos guitarristas acompañantes y Billy Sheehan; pero la verdad es que la cosa va más por el lado circense que por el musical. La destreza técnica de Steve Vai no le impide tapar su pobreza compositiva.
3. Yngwie Malmsteen arranca tocando a mil por hora y termina tocando a mil por hora. Incluso ejecuta un breve set acústico, en el que toca partituras de Bach, pero -obviamente- a mil por hora. Si balanceara un poco más el movimiento de su mano izquierda creo que ganaría muchísimo; pero así lo único que uno obtiene es una sorprendente seguidilla de notas sin cadencia ni gracia alguna.
4. El G3 Jam es, como ya se habrán dado cuenta, un breve set con los tres guitarristas compartiendo el escenario. Ésta parte del show es estupenda, pero claro, dos de las tres canciones son "Little Wing" y "Voodoo Child (Slight Return)" de Hendrix; y ahí sí: a gran composición, grandes técnicos; y el show es el que gana.

En definitiva creo que G3 Live in Denver es un buen show para amantes (o estudiantes) de guitarra o para quienes quieran ver un show de rock en donde algunos músicos están más preocupados por demostrar que pueden tocar muy, muy rápido, aunque la música se pierda por el camino.

Monday, February 07, 2005

Gustav Klimt

No hay mejor manera para acercarse a un pintor que conocerlo sin que nos lo presenten. Me refiero a que lo mejor es encontrárselo por casualidad al hojear una enciclopedia o un catálogo de arte, ya que la sensación de placer que podemos llegar a sentir cuando la fortuna nos regala con uno de esos momentos casi únicos puede hacer que ése pintor en particular (o, siquiera, un cuadro en especial) se transforme en un buen compañero por el resto de nuestras vidas.
Algo así me paso con Gustav Klimt. Lo conocí hace varios años en casa de un amigo -pintor él- mientras lo esperaba en el living de su casa me puse a hojear una Historia del Arte y allí había una reproducción de El Beso, quizás la obra más famosa de Klimt. Poco a poco fui conociendo más obras de este pintor austríaco y El Beso pasó a un segundo plano. Me llamaron la atención obras más arriesgadas de Klimt, obras donde el artista corría riesgos (no pocas veces sus muestras debieron ser suspendidas a causa del escándalo moralista que nunca falta), obras como Danae donde se toma una leyenda mítica literalmente (Esa lluvia de oro que se entre las piernas de la bella Danae no es otro que Zeus, quien enamorado de la joven se acerca a ella de esta forma; de esta unión nacerá Perseo); Judith I (que es la imagen que ilustra éste texto) donde la sensualidad es una parte integrante del cuadro; Goldfish, obra usada por Gustav Klimt como respuesta a sus críticos (La chica que está de espaldas, mostrándole el trasero fue, obviamente, algo deliberado que sus críticos entendieron y no le perdonaron); o Vida y Muerte, donde no falta sensualidad (un tema clave en la obra de Klimt) y donde la destreza técnica se nota más por el hecho de que al menos nueve personas -las que ocupan la mitad derecha del cuadro- se ven compensadas por la solitaria y poderosa figura de la izquierda.
No soy muy afecto a analizar el por qué me gusta tal o cual pintor o músico (sí lo he hecho con los escritores) y estoy convencido de que no hay que buscar demasiadas razones; uno debe pararse frente a un cuadro y éste debe transmitir algo, si no es así pasemos al siguiente y no perdamos más tiempo; para mí, Klimt entra en la extraña categoría de esos pintores cuya obra completa me transmite algo, por eso, como dije antes, estoy seguro de que Klimt es alguien que me va a hacer mucha compañía durante (espero) mucho tiempo.
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