Wednesday, December 21, 2005

Ian Anderson Plays Orchestral Jethro Tull.

Image hosted by Photobucket.com No son pocas las bandas o los solistas que últimamente han grabado una selección de su música con el apoyo de una orquesta sinfonica. En el caso presente, creo que nos encontramos ante un artista cuyas composiciones sufren muy poco en la adaptación que se hace necesaria para poder ser ejecutada por un grupo grande de músicos.
La música rock se compone de tres o cuatro acordes que se repiten casi constantemente (el llamado "riff") y donde la voz y -a veces- la primera guitarra- apoyan la melodía. Allí es donde radica la dificultad de la adaptación. Se torna monótono o demasiado pobre escuchar aquellas viejas cancione de Kiss o de Queen en versiones donde unas cuerdas y unos bronces roncos se esfuerzan en repetir tercamente tres o cuatro notas constantemente (un "loop deabolico" me hubiese gustado escribir).
Así, entonces, llegamos al caso de Ian Anderson. Anderson ha intentado -con desigual resultado- que se lo tomara como un músico en serio (escuchar "Divinities. Twelve Dances With God" por ejemplo). Y digo con desigual resultado ya que la crga de haber sido "un músico de rock" parece que ha mucha gente le impide escuchar el crecimiento artístico individual.
Creo que Ian Anderson Plays Orchestral Jethro Tull, es uno de los mejores conciertos que se ha logrado en esa nueva costumbre de orquestar canciones que fueron hechas originalmente con una guitarra, un bajo y un teclado limitado.
Si pueden, no dejen de escuchar canciones como " Pavane", "Calliandra Shade" o "We Five Kings", aunque todo el DVD (también se ha editado en CD) es una maravilla auditiva.

Saturday, September 17, 2005

The Ditty Bops.

Image hosted by Photobucket.comHace poco fui a ver un concierto de Tori Amos (del que mejor no hablar), donde como acto de apertura se presentaron dos bandas de características muy diferentes: The Like y The Ditty Bops.
Como siempre ocurre cuando nos encontramos con algo bueno que no esperábamos, la sorpresa se tornó en agradable descubrimiento. The Ditty Bops no son el tipo de banda que escuche habitualmente, pero su disco debut -el que lleva el mismo nombre de la banda- últimamente suena muy seguido por estos lados.
Guitarra, mandolina, contrabajo, piano y violín (eventualmente el violinista toca guitarra eléctrica en un par de canciones) son los instrumentos que se usan para recrear un estilo musical con reminiscencias de fines de los 50's. Mención especial para lo mejor del grupo: el perfecto control, equilibrio y armonía entre las dos voces femeninas (Amanda y Abby, desconozco sus apellidos).
Afortunadamente The Ditty Bops son una banda nueva y necesitan, más que nada, promocionarse; así que lejos de esas veleidades de divas egoístas (como Madonna) o de millonarios avaros (como Metallica) en su página oficial nos encontramos con una vieja rockola donde podemos escuchar sus canciones completas, además de tener acceso a sus letras (de un tono naïf muy de la época que estas chicas parecen adorar). En la sección de fotos se puede observar que en cada show la presentación escenográfica es diferente, lo que demuestra unas buenas ganas de trabajar y un respetable amor por lo que se está haciendo.

Friday, March 11, 2005

Buster Keaton.

Image hosted by Photobucket.comEl otro día, revolviendo DVD's en una rebaja encontré una colección de viejas películas en blanco y negro; la mayoría de ellas películas de ciencia ficción de los 50's, películas clase B que, debo reconocer, producen en mí una extraña fascinación. Entre los títulos que me llevé a casa figuran cosas como "Creature from the Haunted Sea"; "Atom Age Vampire"; "Warning from Space" y otras de igual calaña. Pero también encontré un DVD que contiene cuatro capítulos de los ya olvidados Keystone Cops Festival y cuatro clásicos del inolvidable Buster Keaton: "The Blacksmith", "The Boat", "The Paleface" y "Daydreams".
La verdad es que disfruté de esos cuatro capítulos como hacía mucho tiempo no disfrutaba de una comedia. Desde la pantalla me hicieron retroceder algunas décadas, a una época en que uno podía reírse inocentemente de una sencilla caída o sorprenderse con un increíble acto de coordinación, acto que muy pocas estrellas de hoy en día se atreverían a realizar. No hay que olvidar que Keaton, además de escribir los guiones, producir, dirigir y actuar también realizaba todas las escenas, aún las más riesgosas. Los efectos especiales existían, pero eran muy limitados y complicados.
Es de notar la escuela que Buster Keaton creó; muchos de los gags que después se verían en otras cintas o -especialmente- en dibujos animados, fueron invención de Keaton. El ritmo que imprimía a sus cortas historias (alrededor de quince minutos cada una) puede decirse que es muy actual, a veces enlanzando los chistes de tal manera que el final de uno es el comienzo del siguiente.
La sencillez de un clásico, el encanto del viejo blanco y negro, y un hombre cuyo cuerpo hiperactivo contrasta con una fuerte inexpresividad facial, pero quien con ello logra arrancarnos una carcajada sincera y sí, es cierto, pero no vergonzoso, casi infantil.

Saturday, March 05, 2005

Side one.

Image hosted by Photobucket.comHay en la experimentación un encanto y algunos hallazgos que hacen de ésta forma de encarar las cosas una de las más bellas y ricas disciplinas. (*) Adrian Belew es alguien a quien improvisar le gusta tanto como andar a la búsqueda de nuevos sonidos y de nuevas formas de arrancarles nuevas notas a su guitarra (vean, si no, cualquier concierto de King Crimson, en donde Belew constantemente está forzando físicamente su instrumento hasta límites increíbles).
Side One es la primera parte de una trilogía en donde el bueno de Adrian se dará el gusto de -precisamente- hacer lo que le venga en gana. Ya en esta edición llamó a su lado a otro gran experimentador: Les Claypool (Primus) en bajo y a Danny Carey (Tool) en batería.
El resultado no es sorprendente si uno ha escuchado a King Crimson antes. Hay muchos sonidos que parecen sacados de anteriores sesiones o directamnete sampleados. la mayor diferencia se encuentra en la batería, Pat Mastelotto hubiera "llenado" un poco más el ambiente, cosa que se extraña un poco cuando la/s guitarra/s quedan en un "loop" por cierto tiempo. De todos modos el dúo sónico que logran Belew-Claypool bien vale la pena. Hay muchas capas de sonido que producen combinaciones y texturas interesantísimas.
Side One no es un disco fácil, quien no esté un poco acostumbrado a este tipo particular de composición tendrá cierta dificultad para comprender lo que está pasando; pero quien no tenga prejuicios a la hora de acercarse a su equipo de sonido podrá disfrutar de un disco apto para escuchar muchas, muchas veces.
La única contra que le encuentro es la duración: 33 minutos. en esta época en que un CD puede contener más de una hora de música tener que pagar casi 20 dólares por media hora de música es excesivo.



(*) Cuando hablo de "ésta forma de encarar las cosas" con respecto a la experimentación, me refiero al sentido que le da S. Stokanovich en su libro "Fair Play".

Monday, February 14, 2005

G3. Live in Denver. (Satriani, Vai, Malmsteen)

¿Qué es ser un buen guitarrista? ¿Tener la aptitud de poder tocar diez notas en un segundo o poder tocar lo que sea necesario para que una canción transmita una sensación determinada? Estas preguntas -que parecen ser de respuesta obvia- deben ser contestadas antes de ver un concierto (o un DVD, como en mi caso), ya que depende de lo que esperemos encontrar será el disfrute que vayamos a obtener.
Ésta edición de G3 es la segunda que sale a la venta (la primera incluía a Eric Johnson en lugar de Yngwie Malmsteen; y la tercera es la actual, con Robert Fripp en lugar de Malmsteen y a la que espero con ansiedad) y está dividida en cuatro partes:

1. Joe Satriani.
2. Steve Vai.
3. Yngwie Malmsteen.
4. G3 Jam.

Ya conocía a estos tres guitarristas, y después de ver el concierto solo pude reforzar mis convicciones, las que voy a resumir a continuación y en el mismo orden en que son presentadas las secciones:

1. Creo que Satriani es, lejos, el mejor de los tres. Su técnica no le impide ser expresivo y sus composiciones son variadas. Su set es sólido y equilibrado, permitiéndose tocar una canción suave como "Mignight" junto a un fortísimo clásico como "The Extremist".
2. Steve Vai comienza su set tocando "I Know You're Here" solo en medio del escenario con una guitarra de tres mangos (o diapasones, sería lo correcto). Destreza técnica impecable, aburrimiento asegurado; al igual que en la siguiente canción. Lo mejor fe Vai (Bueno, lo único que vale la pena aquí) es cuando se ponen a tocar junto a sus dos guitarristas acompañantes y Billy Sheehan; pero la verdad es que la cosa va más por el lado circense que por el musical. La destreza técnica de Steve Vai no le impide tapar su pobreza compositiva.
3. Yngwie Malmsteen arranca tocando a mil por hora y termina tocando a mil por hora. Incluso ejecuta un breve set acústico, en el que toca partituras de Bach, pero -obviamente- a mil por hora. Si balanceara un poco más el movimiento de su mano izquierda creo que ganaría muchísimo; pero así lo único que uno obtiene es una sorprendente seguidilla de notas sin cadencia ni gracia alguna.
4. El G3 Jam es, como ya se habrán dado cuenta, un breve set con los tres guitarristas compartiendo el escenario. Ésta parte del show es estupenda, pero claro, dos de las tres canciones son "Little Wing" y "Voodoo Child (Slight Return)" de Hendrix; y ahí sí: a gran composición, grandes técnicos; y el show es el que gana.

En definitiva creo que G3 Live in Denver es un buen show para amantes (o estudiantes) de guitarra o para quienes quieran ver un show de rock en donde algunos músicos están más preocupados por demostrar que pueden tocar muy, muy rápido, aunque la música se pierda por el camino.

Monday, February 07, 2005

Gustav Klimt

No hay mejor manera para acercarse a un pintor que conocerlo sin que nos lo presenten. Me refiero a que lo mejor es encontrárselo por casualidad al hojear una enciclopedia o un catálogo de arte, ya que la sensación de placer que podemos llegar a sentir cuando la fortuna nos regala con uno de esos momentos casi únicos puede hacer que ése pintor en particular (o, siquiera, un cuadro en especial) se transforme en un buen compañero por el resto de nuestras vidas.
Algo así me paso con Gustav Klimt. Lo conocí hace varios años en casa de un amigo -pintor él- mientras lo esperaba en el living de su casa me puse a hojear una Historia del Arte y allí había una reproducción de El Beso, quizás la obra más famosa de Klimt. Poco a poco fui conociendo más obras de este pintor austríaco y El Beso pasó a un segundo plano. Me llamaron la atención obras más arriesgadas de Klimt, obras donde el artista corría riesgos (no pocas veces sus muestras debieron ser suspendidas a causa del escándalo moralista que nunca falta), obras como Danae donde se toma una leyenda mítica literalmente (Esa lluvia de oro que se entre las piernas de la bella Danae no es otro que Zeus, quien enamorado de la joven se acerca a ella de esta forma; de esta unión nacerá Perseo); Judith I (que es la imagen que ilustra éste texto) donde la sensualidad es una parte integrante del cuadro; Goldfish, obra usada por Gustav Klimt como respuesta a sus críticos (La chica que está de espaldas, mostrándole el trasero fue, obviamente, algo deliberado que sus críticos entendieron y no le perdonaron); o Vida y Muerte, donde no falta sensualidad (un tema clave en la obra de Klimt) y donde la destreza técnica se nota más por el hecho de que al menos nueve personas -las que ocupan la mitad derecha del cuadro- se ven compensadas por la solitaria y poderosa figura de la izquierda.
No soy muy afecto a analizar el por qué me gusta tal o cual pintor o músico (sí lo he hecho con los escritores) y estoy convencido de que no hay que buscar demasiadas razones; uno debe pararse frente a un cuadro y éste debe transmitir algo, si no es así pasemos al siguiente y no perdamos más tiempo; para mí, Klimt entra en la extraña categoría de esos pintores cuya obra completa me transmite algo, por eso, como dije antes, estoy seguro de que Klimt es alguien que me va a hacer mucha compañía durante (espero) mucho tiempo.

Saturday, January 22, 2005

La ley bajo los escombros.

No voy a hablar mucho de este libro. No hay nada que pueda decirse cuando uno se siente tan avergonzado, tan dolorosamente avrgonzado.
Gabriel Levinas nos ofrece en este breve volumen una serie de pruebas que, si bien no nos llevan sobre pista de los culpables, nos hacen ver que tampoco hay muchas posibilidades de que esto suceda. El libro está muy bien documentado y la presentación de los datos -al igual que su análisis- es concisa y equilibrada (a éste respecto el libro incluye en su parte final la reproducción total de un reportaje realizado por Horacio Bervitsky, en el que el abogado Gregorio da razones opuestas a las del propio Levinas).
Hay veces que debemos bajar de los etéreos aires de la literatura y revolcarnos un poco en la miseria que nos rodea. No es placentero, pero si no lo hacemos corremos el riesgo de cegarnos por voluntad propia, y si bien "los macarras de la moral", como bien dice Serrat, son quienes tienen más posibilidades de salirse con la suya, por lo menos uno debe tener el buen tono de no ayudarlos en sus intenciones.

Thursday, January 20, 2005

Hero

Quienes habitualmente se acercan a este blog sabe que no soy muy aficionado a la televisión, me agota tener que cambiar constantemente de canal para no encontrar nada que me agrade. Para lo que sí uso el aparato de T.V. es para ver cine y conciertos, los que alquilo o compro para disfrutarlos sin cortes publicitarios ni comentarios hechos por conductores que no saben -ni les interesa- nada del tema.
Pero aún dentro del amplio espectro de películas que se incluyen dentro del genérico término de cine, no soy muy afecto a las películas donde la acción prime por sí misma, sin el apoyo de una buena historia que la justifique; no soy muy afecto, en síntesis, a las películas de artes marciales en general o películas -como decía un amigo no sin cierto dejo despectivo- "de chinitos voladores".
Así que cuando alguien apareció por casa con Hero me preparé paraun par de horas de patadas, trompadas, huesos rotos y acrobacias varias, todo machacado con gritos cortos y chillidos agudos.
Y bien, la realidad fue bien otra: debo reconocer que me sorprendí. Hero resultó ser una muy buiena película. Sí, ahí están las peleas y todo eso, pero éstas son realizadas como una danza, persiguiendo un fin coreográfico; con una fotografía asombrosa y un ligero tono simbólico.
Las actuaciones son buenas, medidas, pero hay que reconocer que el idioma pesa mucho a la hora de la inevitable personificación. Aún así se hace notar la mano del director a la hora de mantener a los distintos personajes casi a un mismo nivel de atención, cosa que ayuda mucho al desarrollo de la trama y al equilibrio general de la historia.
Dejo para lo último el comentario sobre lo mejor de la película: el guión. No creo estar muy lejos de la verdad cuando supongo que hay en Hero algún homenaje a Rashomon de Akira Kurosawa. En ésta última, algunas personas deben declarar ante unos jueces sobre un crimen, las distintas historias que cada uno narra sobre los hechos nos son mostradas según los ppersonajes las van narrando, así, el espectador va recreando los verdaderos hechos. En Hero, un personaje solitario se enfrenta al emperador, y desde aquí el medio narrativo es similar: a medida que el personaje narra la historia los hechos nos son mostrados a los espectadores. En ambas películas la tensión crece de manera similar; a primera historia nunca es la verdadera y a cada nueva narración nuevos datos se suman para aclarar ciertos puntos importantes.
Como en toda película de tono heroico, grandilocuente, Hero está plagada de acciones humanas que rozan lo increíble o lo magnífico, pero estos hechos nos son mostrados más como símbolos que como realidades, y están hechos con tan buen gusto y delicadeza que en ningún momento caen en el absurdo o ridículo. Afortunadamente.

Friday, January 14, 2005

Lewis Carroll.

Éste fue el primer libro que tuve en EE.UU., y fue un regalo. Sin duda, los libros que hemos leído en nuestra infancia y adolescencia son aquellos que más profundamente nos marcan; quizás porque el espíritu y el intelecto de un chico sean una arcilla blanda, aún sin forma propia, maleable, lo cierto es que las huellas que esas páginas dejan en nosotros difícilmente se borren.
No voy a criticar aquí, como suelo hacer con los libros que voy leyendo, el libro cuya tapa ven más arriba (tampoco estaría en condiciones de hacerlo, aún si quisiera, cuando en la tapa se lee "Obras Completas" quiere decir exactamente eso. Este volumen contiene desde los dos libros de Alicia hasta los trabajos de lógica pasando por la poesía de Carroll), sino que simplemente quiero recordar a Lewis Carroll en el día de su nacimeinto. De hecho, hoy Carroll cumpliría 107 años.
Para quienes disfrutamos (y a veces lo seguimos haciendo) de las páginas de Charles Lutwidge Dodgson aquí les dejo uno de sus clásicos.
Sí, ya sé que está en inglés, pero también les dejo un enlaze a algunas traducciones, y digo algunas porque la traducción de este poema en particular ha acarreado cientos de análisis, notas, comentarios, opiniones, etc. Y lo seguirá haciendo, sin duda. ¿Cuál de todas les gusta más?

Jaberwocky
By Lewis Carroll
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.


"Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!"


He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought-
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.


And, as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffing through the tugey wood,
And burbled as it came!


One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.


"And hast thou slain the Jaberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!"
He chortled in his joy.


'Twas brillig, and the slithy toves
Did grye and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe

Traducciones

Thursday, January 13, 2005

Las señales de la memoria.

Las señales de la memoria es la transcripción de unas charlas mantenidas entre Juan José Sebreli y Orfilia Poleman en 1986. Debido a éste último hecho faltan en este libro referencias a las obras más importantes y ambiciosas de Sebreli como El asedio a la modernidad o Escritos sobre escritos ciudades bajo ciudades.
Hay muchos aspectos a destacar en este volumen, por ejemplo la notable y saludable capacidad autocrítica que tiene Sebreli, quien no tiene problema alguno en reconocer errores -algunos de ellos profundos- en trabajos, libros o formas de pensar anteriores; cosa ésta que le ocurre a todo el mundo, obviamente, pero que pocos están dispuestos a aceptar y mucho menos a declarar abiertamente.
Nadie puede dudar de la inteligencia ni del amplio y profundo nivel cultural que Sebreli posee, pero esto, a veces, juega en su contra, ya que por momentos -sobre todo en los primeros capítulos- esa misma capacidad y profundidad intelectual lo hace perderse en tediosas y extensas enumeraciones que no hacen otra cosa que entorpecer la lectura. Cuando Sebreli deja de lado estos asuntos y se pone a pensar y a transmitir esos pensamientos, el libro se torna interesantísimo, amplio, profundo, inteligente. Uno, quizás, pueda disentir con las ideas de este autor, pero no puede dejar de agradecer ni de admirar esa gran amplitud de conceptos que incluyen sus ideas. No podría ser de otro modo, podría decirse, ya que un verdadero pensador jamás sería dogmático ni determinante en su exposición; pero bien sabemos que la historia nos ha mostrado a varios de esos personajes que para tapar la debilidad de sus ideas no hacen más que intentar degradar a las ideas ajenas.
Hay un hecho que me llamó la atención y es que Sebreli dice cosas como: "No comparto la boga del barroco" (Pág. 62) o, en el siguiente capítulo: "Como en la historia de la literatura, también en la historia de las artes plásticas ocurre que los pintores de segundo orden son más representativos de su época y de su sociedad que los grandes [...] Por eso me dediqué a la búsqueda de pintores olvidados y aún desdeñados, ..." (Pág. 82). Quizás Sebreli tenga algo de razón, en realidad ese solo tema sería suficiente para todo un ensayo, pero me quedó la extraña sensación de que ese desdén por las grandes figuras artísticas en desmedro de las sedundarias se parece más a un vedettismo intelectual, a una forma de mostrar una cultura hiperdesarrollada, ya que muy poca gente -incluidos intelectuales de renombre- estarían en condiciones, no ya de refutar sino, siquiera, de opinar al respecto.
De todos modos, esta es una sensación mínima y pasajera; en líneas generales la mayor parte del libro es grato de leer, aunque uno no siempre esté a la altura intelectual de Juan José Sebreli.

Sunday, January 02, 2005

Las Cosmicómicas.

Las cosmicómicas es un libro raro. Contiene doce relatos independientes (con un sólo elemento en común: el personaje principal) pero que se disfrutan leyéndolos como un todo. Es un libro entretenido pero que difícilmente uno se anime a recomendar.
Cada relato tiene la misma forma: un encabezamiento en el que se destaca un dato científico en particular y luego el cuento en sí, en el cual el personaje nombrado (llamado Qfwfq) narra su experiencia en el caso. Pra que tengan una vaga idea de qué va el asunto, aqui les transcribo los comienzos de dos cuentos: "Un signo en el espacio" y "Juegos sin fin", respectivamente.

"Situado en la zona exterior de la Vía Láctea, el Sol tarda casi 200 millones de años en cumplir una revolución completa de la Galaxia.

Exacto, es el tiempo que tarda, nada menos -dijo Qfwfq-, yo una vez al pasar hice un signo en un punto en el espacio, a propósito, para poder encontrarlo doscientos millones de años después, cuando pasáramos por allí en la segunda vuelta."

"Si las galaxias se alejan, el enrarecimiento del universo es compensado por la formación de nuevas galaxias compuestas de materia que se crea ex novo. Para mantener estable la densidad media del universo, basta que se forme un átomo de hidrógeno cada 250 millones de años por cada 40 centímetros cúbicos de espacio en expansión. (Esta teoría, llamada del "estado estacionario", ha sido contrapuesta a la otra hipótesis de que el universo fue originado, en un momento preciso, por una gigantesca explosión.)

Yo era un chico y ya me había dado cuenta -contó Qfwfq-. Los átomos de hidrógeno los conocía uno por uno, y cuando aparecía uno nuevo lo sabía. En los tiempos de mi infancia para divertirnos sólo había en todo el universo átomos de hidrógeno, y no hacíamos más que jugar con ellos, yo y otro chico de mi edad que se llamaba Pfwfp."

A partir de allí Calvino se dedica a jugar son todo lo que se ponga a su alcance: Personajes, teorías, ideas, situaciones, palabras, etc. etc. El resultado es un libro divertido y que a veces me ha arrancado algunas buenas carcajadas ("Los años-luz") pero, repito: es un libro que no me haría recomendarlo, ya que el tipo de humor que maneja y estas formas de literatura tan libres no siempre son del agrado de la mayoría de las personas. (Cosa que me ha pasado con algunos libros de Stanislaw Lem, por ejemplo.) Pero quien no tenga ideas preconcebidas con respecto a lo que debe ser la literatura y quien disfrute de un poco de humor simple, sano y no pocas veces surrealista, hará bien en darle una oportunidad a éste libro que no tiene más pretensiones que divertir.









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