Tuesday, December 28, 2004

Portraits

Portraits es una maravilla. Es, a primera vista, un libro simple: una selección de fotografías de personas de todo el mundo. Pero la relaidad es otra. Portraits es una "Summa" humanista, una maravillosa muestra de la hermandad humana, más simple y poderosa que cualquier vulgar idea religiosa.
Steve McCurry es un reconocido fotógrafo de National Geographi Society y a reunido en este volumen una serie de retratos -la mayoría primeros planos- asombrosos. La edición de Phaidón es impecable. Sólo una página de texto en todo el libro y luego solo fotos, fotos y más fotos; éstas están ubicadas -correctamente- en las páginas impares, en la parte baja de las páginas pares dos líneas indican la locación de la fotografía.
En estos momentos de violencia mercantil y odio gratuito Portraits podría ser usado como un buen antídoto, como un recordatorio de que las diferencias humanas no son más que un invento creado por algunos en beneficio propio.
Repito: Portraits es una auténtica maravilla en forma de libro.

Para quien quiera ver algunas muestras de éste libro (y de otros trabajos de Steve McCurry) puede pasar por aquí y por aquí.
Que lo disfruten.

Monday, December 06, 2004

Museo. Jorge Luis Borges - Adolfo Bioy Casares.

Realmente no creo que haya escritor que, después de muerto, haya publicado tantos libros. Se nota que Don Jorge Luis es aún una fruta jugosa y que Doña María Kodama es un exprimidor concienzudo.
Vayamos por partes y en orden, comencemos por la portada. Ésta es sobria y elegante pero desafortunada. Para empezar figuran ambos nombres, pero en medio de ellos, en un segundo plano, está la firma manuscrita de Borges, lo que es una descortesía para con Bioy Casares, descortesía que Borges no hubiera permitido. Luego sigue un viñeta de dos personas jugando al ajedrez, también incorrecto, pues aunque pueda darse dentro de cualquier grado de amistad, el ajedrez significa competencia, cosa que jamás hubo entre Borges y Casares.
A continuación el nombre "Museo" y un subtítulo "Textos Inéditos". Burda mentira. Alguno de ellos será inédito, pero la mayoría ya había sido publicado con anterioridad. Por ejemplo, en la parte más importante (por tamaño) del libro; la que se titula, precisamente, "Museo" y que va de la página 45 hasta la 109, la mayor parte son textos publicados por el propio Borges y el resto es la consabida ensalada de textos de autores varios (textos que no me extrañaría leer en "De jardines ajenos", libro de Bioy Casares que no he leído aún). Digo yo: ¿Cuántas veces puede leerse el sueño de Chuang Tzu?
Siempre es un placer leer a estos dos autores que tanto se querían y que tanto han disfrutado escribiendo juntos; lo único que pido es que se dejen de publicar estos refritos de cosas que ya todos conocemos y de aquellas que desconocemos, que sólo se publiquen las páginas que Borges y Bioy Casares hubiesen publicado. ¿Ellos hubiesen autorizado la publicación en un libro del folleto sobre la leche cuajada de La Martona? Todos aquellos que conocemos a estos dos autores conocemos de sobra la historia del famoso folleto. ¿Pero qué valor tiene hoy publicarlo en un libro que lleva en la tapa semejantes nombres?
En fin, María; ¿Cuál es la próxima sorpresa?

Wednesday, December 01, 2004

Cuentos de Eva Luna.

Este es el primer libro que leo de Isabel Allende, y a raíz de las críticas opuestas a las que se ha visto expuesta esta escritora, me incliné por un libro de cuentos.
El resultado final es bastante bueno; aunque particularmente no creo que la escritura de Isabel Allende agrege nada nuevo ni temática ni estilísticamente hablando. Los cuentos tienen como común denominador dos temas: las mujeres y el amor. Y, repito, no están nada mal; incluso algunos de ellos son muy buenos ejemplos de escritura breve ("Vida interminable", por ejemplo, aunque las dos líneas finales podrían ser un poquito mejores; también "Clarisa" y "María la boba" podrían considerarse dentro de esta categoría.) Algunos otros no son muy originales en la temática ("Cartas de amor traicionado", por ejemplo, es una nueva versión de Cyrano de Bergerac y en "Un discreto milagro" uno de los personajes -Gilberto Boulton- se parece muchísimo al Carlos Argentino Daneri de "El Aleph" de Borges).
En cuanto al estilo Isabel Allende se mueve dentro de un esquema clásico: Introducción-nudo-conclusión, con descripciones muy gráficas, lo que la coloca al borde de un realismo mágico leve.
La galería de personajes es muy variada, al igual que las situaciones en las que están ambientadas las historias lo que hace de "Cuentos de Eva Luna" un buen comienzo para conocer a Isabel Allende aunque aquellas personas que hayan leído mucho a García Márquez, por ejemplo, la encontrarán muy poco innovadora.

Saturday, November 27, 2004

Live at Montreux 1982 & 1985.

Un nuevo DVD de Stevie Ray Vaughan, y doble. ¿Qué más se puede pedir?
Este DVD contiene los dos conciertos que SRV dió en el Festival de Jazz de Montreux y que han quedado como verdaderos clásicos y -como corresponde a verdadera buena música-, los veinte años que llevan encima no han desgastado en lo más mínimo.
El primer DVD contiene el documental "Success In Disguise" (con entrevistas a los dos integrantes de la banda restantes, Chris Layton y Tommy Shannon, y otras a Jackson Brown y John Mayer) y el concierto de 1982, el que sólo contiene ocho canciones, ya que Stevie Ray Vaughan no regresó a tocar los clásicos "bises" debido a que parte del público lo abucheó. Sí, así como están leyendo: a partir de la tercera o cuarta canción parte de la audiencia abucheaba cada vez que terminaba una canción. Supongo que para un público acostumbrado a un Jazz clásico y a guitarristas como Pat Metheny por ejemplo, ver a un tipo desconocido (SRV recién había editado su primer disco) tocando a la velocidad y al ritmo que Ray Vaughan lo hacía (y terminando alguna canción, como "Texas Flood" tocando con la guitarra en la espalda) sería algo así como ver un escupitajo en la cara de La Gioconda. Pero como dice Chris Layton en el documental, tres años después tuvieron la oportunidad "de rehabilitarse -no a ellos ni a la audiencia- sino la situación", dando a entender que lo que ocurrió fue ma sbien un malentendido.
Y parece ser que Layton tenía razón, ya que el segundo DVD, el que contiene el concierto de 1985, es una fiesta desde el primer acorde. Aquí está el concierto completo (13 canciones) y tanto la banda como la audiencia parecen encontrarse en el mismo cielo; afortunadamente, parte de esa energía pasa a través de la pantalla y nos deja -aunque sea por unos momentos- ser parte de la fiesta.

Wednesday, November 24, 2004

Real Gone.

Un disco de Tom Waits es siempre muchas cosas: una felicidad, una sorpresa, una sonrisa, una lectura. Real Gone está bien fresquito, de hecho, creo que no tiene más de un mes. Y bueno, la verdad es que no hay mucho para decir, solo hay que escucharlo o, como hago yo, escucharlo y reescucharlo una y otra vez.
Real Gone es un poco más sólido que Blood Money, el anterior disco de Waits, (que fue editado en el 2002 y que, dicho sea de paso, junto a Blue Valentines es uno de mis discos favoritos de éste músico); pero cuando me refiero a sólido hablo de una mayor homogeneidad en el estilo de las canciones que lo componen. Blood Money es más jugado, más creativo quizás; pero esa variedad le da una consistencia más débil.
En Real Gone hay un par de canciones en donde Waits juega con ritmos latinos, pero siempre dentro de un esquema de blues clásico. Generalmente esto Tom Waits lo hacía con la percusión, cosa que aquí también hace, lo que da una pauta de lo que son las canciones de este disco: percusión extraña (minimalista, sincopada a veces, con variedad de instrumentos -incluso en alguna ocasión es la propia voz de Waits la que hace las veces de percusión, al mejor estilo Bobby McFerrin o como en "Medula" de Bjork), guitarras semi distorsionadas, y la voz de Tom Waits que rara vez baja a algunos tonos puros; generalmente se mantiene en esos tonos graves y roncos que tan bien quedan en sus canciones más rítmicas.
Un punto en contra: Aunque el diseño de tapa y el arte en general me gusta bastante (las letras negras están en relieve, como si hubiesen sido creadas salpicando el papel con óleo o alguna pintura similar), la información es confusa. En la contratapa figuran catorce canciones nombradas con solo un nombre; en el libro hay quince letras de canciones, aquí con el nombre completo; el disco en sí tiene en realidad dieciseis pistas; en la información de los músicos que intervinieron an cada grabación solo figuran nueve canciones y, para terminar de complicar las cosas, el orden en la contratapa, en el libro y en el disco no es el mismo. En definitiva: El disco es genial, pero es complicado saber qué canción se está escuchando y dónde está la letra.

Saturday, November 20, 2004

Nueve Cuentos.


Hay pocos libros a los que vuelvo una y otra vez y a los que siempre leo con un inmenso placer. Creo que ésta es la tercera vez que leo Nueve Cuentos, y la verdad es que lo encontré tan fascinante como siempre. Salinger es bien conocido por su novela The Catch In The Rye (traducida de diversa forma en español) y, aunque es una novela estupenda creo que Nueve Cuentos es superior. La sencillez hecha forma y la observación como estilo son los dos puntos fuertes de estos relatos; las comparaciones exactísimas y los diálogos manejados en forma brillante son los que posibilitan la relectura de stos cuentos maravillosos.
Ya sé que no hay perfección en estas cosas de la literatura y del arte en general, pero siempre he considerado a "Un día perfecto para el pez banana" como uno de los cuentos que más se acerca a la perfección absoluta (también incluyo a "Giro" o "Walsh" de Faulkner o "El Aleph" de Borges, pero por muy diferentes motivos).
Otra muestra de la calidad de este libro se encuentra en el hecho de que -generalmente- un libro de cuentos tiende a ser desparejo. Aún cuando alguien se haya tomado el trabajo de realizar una compilación de diferentes autores, el resultado final será un volumen con altas y bajas, como ondas concéntricas en el agua. Sin embargo éste libro de Salinger es fuerte y sólido, aunque cada uno de los relatos es diferente.
Repito: cada uno de los relatos tiene sus propios méritos, así, cada lector seguramente escogerá un cuento diferente; pero seguramente todos estaremos de acuerdo en que Nueve Cuentos es uno de los mejores libros de relatos que se haya escrito.

Friday, November 12, 2004

Ultimo Round.

Hacía rato (años) que no leía algo de Cortázar, y la verdad es que no veo una buena razón por la cual dejé pasar tanto tiempo. Cortázar -para mí- siempre formó parte de una extraña categoría, la de aquellos escritores que me gustaban mucho pero sobre los cuales no veía ninguna de las cualidades técnicas o estéticas que hacen que me acerque a tal o cual libro (Philp K. Dick, Bukowski, Kafka entran en esa categoría).
Último round fue un grato reencuentro. El libro es un compendio de artículos, poemas, poemas experimentales, cuentos, notas, observaciones, diarios. Algunas de esas páginas, también, se acompañan con fotos o dibujos de diversos autores (incluidas algunas del prpopio autor). Pero a pesar de lo desparejo del volumen lo bueno que tiene es que es todo Cortázar; de la primera a la última pàgina. Siempre está presente el aspecto lúdico inherente a los textos de Julio Cortázar, ese intangible humor que nos hace ver definitivamente a un personaje o a una situación en un par de palabras.
Aún así, el mejor texto es la carta-artículo con el que se cierra el volumen y que fuera publicada por la Revista de la Casa de las Américas en 1967. El texto lleva por título "Acerca de la situación del intelectual latinoamericano" y a pesar de tener casi treinta años tiene una vigencia increíble, lo que no es indicativo -como uno piensa en un primer momento- de lo "adelantado" que estaba Julio Cortázar; sino de algo bastante más triste: de lo poco que ha avanzado el hombre y su civilización en esos treinta años. Lamentablemente ese texto es demasiado extenso como para ser transcripto aquí en su totalidad y estoy convencido de que debe ser leído en su totalidad para disfrutarlo, comprenderlo y analizarlo.
David Cronenberg dijo sobre El almuerzo desnudo, de Burroughs: "Es un libro que tiene la cualidad de que uno puede tomarlo, abrirlo en cualquier parte, leer unas páginas y volverlo a colocar tranquilamente en la biblioteca"; años después yo sentiría lo mismo con La exhibición de atrocidades, de J. G. Ballard (Si al guien tiene este libro -preferiblemente en la edición de Minotauro- que se ponga en contacto conmigo y quizás podamos ponernos de acuerdo en algún precio), ahora sumo a Último round a esos libros, pero con una aclaración: en un primer momento no parecería justo que considerara a Último round junto a El almuerzo desnudo y La exhibición de
atrocidades, ya que éstos dos libros pretenden ser considerados como un solo relato, mientras que el libro del que hablo hoy es una colección de relatos independientes, lo que evidentemente lo hace apto para leer partes de él por separado; pero repito la sensación -por momentos física-(hermana de la "sensación física estética" de la que hablaba Borges refiriéndose a la poesía) que sentí al leer este libro: Último round es TODO Cortázar, y uno cree estar leyendo un volumen que tiene la solidez de un bloque, uno tiene la indescriptible sensación de que solo está observando distintas facetas de una misma realidad.

Tuesday, November 09, 2004

Unledded.

Quienes andamos por las cuatro décadas (y quienes tienen un poco más también) han crecido de la mano de ciertas bandas que -en mayor o menor medida- han marcado la futura historia de sus gustos musicales. Del mismo modo que ocurre en la plástica o en la literatura (Joyce-Faulkner-García Márquez-Toni Morrison serían los eslabones de una secuencia lógica en las letras, por ejemplo), mucha gente que no ha escuchado a Jimmi Hendrix, digamos, ha tenido un acceso indirecto a él a través de Stevie Ray Vaughan o de Red Hot Chilli Peppers, sin ir más lejos.
Quienes andamos cercad de los cuarenta, repito, éramos unos niños en la época dorada de bandas como Led Zeppelin. Y si uno no tenía la fortuna de contar con algún hermano mayor que lo desayunara con algunas de estas cosas bueno, corría el riego de perder ciertas cosas que luego iba a ser difícil recuperar (en mi caso particular creo que he sido muy afortunado. Mis padres escuchaban folklore, el que mi madre cantaba con una correcta voz de mezzo-soprano; mi hermana escuchaba música melódica, uno de mis hermanos escuchaba cosas más bien pesaditas, y mi otro hermano escuchaba un rock más suave y clásico. Así, en mi casa sonaba con igual naturalidad The Beatles, , José Larralde, Vox Dei, Sui Géneris, Quilapayún, Deep Purple o Alma y Vida). Y es así que el día de hoy mi esposa no entiende cómo puedo aplaudir como un estúpido frente a la T.V. luego de ver un DVD de Cecilia Bartoli y -acto seguido- poner "War at the Warfield" de Slayer y disfrutarlo de la misma visceral y natural manera.
Yo descubrí a Led Zeppelin mucho más tarde, cuando mi omnívora curiosidad me llavaba a meter la nariz en cuanta batea se ponía a mi alcance o (¡mucho mejor!) en cualquier colección de discos de amigos o amigos de amigos. Y recién el año pasado, con la edición de "Led Zeppelin - DVD" tuvimos acceso a un concierto en vivo de esta banda. Ahora, la buena fortuna nos regala ésta otra maravilla que es Unledded. Éste concierto fue grabado en una presentación en MTV (tengo que darles crédito, no todo lo que hacen es malo después de todo) en 1994. También tiene unas tomas hechas en la ladera de una colina y una par de tomas (estupendas) en un patio y en un mercado de Marruecos; la primera de ellas junto a un grupo típico marroquí.
La puesta en escena es fantástica: la banda ocupando el centro del escenario (¿Por qué no invitaron a John-Paul Jones?), la Orquesta Metropolitana de Londres (cuerdas) a la derecha, y el Ensemble Egipcio a la izquierda. La texturas que se logran con esa cantidad y variedad de músicos e intrumentos en escena en maravillosa (Gallows Pole, por ejemplo, a pesar de ser una versión acústica, tienen una sorprendente fuerza; gracias a la variedad de cuerdas que se utilizan: bajo y guitarras de 6 y 12 cuerdas, banjo, mandolina y un instrumento típico egipcio del cual desconozco el nombre).
En definitiva: un DVD perfecto para revivir aquellos buenos momentos (o para conocerlos de una vez por todas). No dejen pasar: The Battle of Evermore, Since I've Been Loving You y Kashmir; después me cuentan.

Saturday, November 06, 2004

Sobredosis. Alberto Fuguet.

Sobredosis es un breve libro de cuentos que tiene cinco relatos. Al principio no está mal, sólo que Fuguet parece tener pocos recursos. Está bien que la juega de escritor actual y moderno, pero si ser actual y moderno significa que siempre hay que estas tomando, fumando, corriendo de la policía y mirando MTV... bueno, qué quieren que les diga...
Ése último punto que nombré creo que fue lo que más me aburrió: pareciera que Fuguet es incapaz de describir a un personaje o a una situación si no es mediante la comparación mediática con algún músico del nivel que se ve en la cadena televisiva que nombré o similar.
Como ejemplo, abro el libro al azar (páginas 34 y 35) y anoto:
"Nanny, una loca más reventada que él, [...] escucha a Led Zeppelin y todo,..."
"... y la mina -que es fea [...] y hasta escribe con seudónimo para la Rockstock"
"...así que cálmate, Drago, que no panda el cúnico, tú y los Goonies van, ..."
"Ahí están, ansiosos, medio asustados, mirando unos viedos de MTV que se consiguió el Rocky."
"Mejor pongamos a los B-52, Song for a Future Generation, dice el Lobo, que es retro-progre..."
"El Conejo aspira su pito, se lo pasa al Gato, que reparte una botella de pisco, pisco de 40 con un poco de ácido del que siempre se consigue."
"Atrás el Conejo y el Gato, que se dejó patillas y barba al estilo rockabully, onda Stray Cats/Elvis Costello..."

Lo dicho, en un primer momento, digamos el primer cuento, no está mal, ¿Pero quién puede aguantar esto durante TODO un libro?
Además siempre me han causado mucha gracia esta clase de escritores que la juega de superados o reventaditos o ambas cosas. Para que lo sepan, no es haciéndose propaganda como los malditos de este mundo quedaron en la historia, fue siendo lo que eran y dejando que el mundo se jodiera a sí mismo, ellos tenían otras cosas de las que preocuparse. Artaud, Baudelaire, Bukowski, Sade, Rimbaud, lo que ellos buscaron fue la belleza, las ideas, el sentido de la vida; ellos nunca buscaron el reconocimiento a través de una borrachera o de las drogas, eso fue accidental.

Friday, November 05, 2004

Yo-Yo Ma. Solo.



De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo

Joan Manuel Serrat.

Esas palabras de Serrat me vinieron a la mente luego de COMENZAR a escuchar a este disco. Nunca había escuchado a Yo-Yo MA solo, siempre lo había hecho acompañado por orquestas o cuartetos; incluso tengo esa rareza que es el disco que grabara en vivo junto a Bobby McFerrin (Y que no recuerdo cómo se llama) o The Soul of Tango, disco en el que interpreta la música de Astor Piazzola.
Solo es un disco increíble. Obviamente, el hecho de no tener ninguna clase de acompañante obliga a Ma a utilizar toda la gama posible de técnicas y efectos, de llevar a su instrumento a todos los límites posibles. Bueno, esa es la ventaja de ser un virtuoso, de dedicar una vida a un objeto o hecho en particular; esa es la ventaja de ser Yo-Yo Ma.
Pero para el resto de nosotros, pequeños mortales, pequeños y simples observadores, por lo menos existe la tecnología; esa que nos permite guardar estas joyas sorprendentes en una cajita, ponérnosla en un bolsillo cualquiera, y en cualquier momento que querramos, desatar a la belleza en estado puro (ese sueño tan escurridizo) y dejarla flotar en el aire como a la última nota de este disco imprescindible.

Monday, November 01, 2004

El mito trágico del "El Ángelus" de Millet.

Dalí, además de ser un pintor de características únicas fue, también, un muy buen escritor. Si no han leído nada de él, acérquense a Diario de un genio, por ejemplo, y podrán acceder a un muy buen libro; pero antes deben estar preparados. La escritura de Dalí (o lo que escribe) es, no pocas veces, molesta, chocante, incómoda.
El mito trágico del "El Ángelus" de Millet, es un texto que Dalí escribió en Europa antes de tener que huir ante la llegada de los alemanes, en la segunda guerra mundial. En esa huída, este texto se perdería, para ser recobrado muchos años despues. En este libro, Salvador Dalí somete a este cuadro a un exhaustivo análisis paranoico-crítico, con las consiguientes complicaciones del caso. Complicaciones porque Dalí no se detiene ante nada para probar sus puntos de vista y sus observaciones. El encanto de este texzto radica -para mí-, en que el método paranoico-crítico no tiene ninguna base firme, ningún valor científico; pero las conclusiones de Dalí son maravillosas. El método paranoico-crítico no es más que otra creación estética de Salvador Dalí y es allí -unido a su muy buen estilo- donde el libro se deja leer y disfrutar. Repito: el disfrute sólo es posible si se toma cualquier libro de Dalí con las reservas del caso. Borges dijo que ante la lectura de una novela uno tiene que "suspender la incredulidad" para lograr así un pleno disfrute de la obra; en el caso de Dalí, además de la credulidad uno debe suspender, también, la lógica.


Saturday, October 30, 2004

El Capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco.

Tengo una extraña relación amor-odio con Charles Bukowski. Digo extraña porque aún a los libros que me han gustado poco o nada los volvería a leer. Y no es masoquismo, es simplemente fascinación por este tipo. Si hecho una mirada a mis autores preferidos, me encuentro con autores de escritura compleja, densa, como Borges, Faulkner, Carpentier, Joyce; entonces ¿Qué me atrae de Bukowski? No lo sé. Simplemente sus libros me gustan mucho o me gustan bien poco, pero aún así nunca dejé uno de sus libros por la mitad.
El Capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, afortunadamente, entra dentro de la primera categoría. Es más: Creo que El Capitán... es el mejor libro que he leído de Charles Bukowski. Este es el último de sus libros y, de hecho, fue publicado póstumamente. Es un diario de sus últimos días y no porque estuviera enfermo o algo así, simplemente es el diario que llevó en esos días.Para ser más precisos, el diario termina en agosto del 1993, y Bukowski murió en 1994.
Y no voy a extenderme más ya que realmente no tengo mucho para decir, simplemente que lo disfruté como hacía rato que no disfrutaba un libro.

Les dejo un día/capítulo:

11/09/91 (01.20 Hs.)
Debería cortarme las uñas de los pies. Me duelen los pies desde hace dos semanas. Sé que son las uñas, pero no encuentro tiempo para cortármelas. Siempre estoy luchando por ese minuto, no tengo tiempo para nada. Claro que si pudiera alejarme del hipódromo tendría tiempo de sobra. Pero mi vida entera ha consistido en luchar por una simple hora para hacer lo que quiero hacer. Siempre había algo que se interponía en el camino hacia mí mismo.
Debería hacer un esfuerzo gigantesco y cortarme las uñas de los pies esta noche. Sí, ya sé que hay gente muriéndose de cáncer, que hay gente durmiendo en la calle en cajas de cartón, y yo estoy aquí parloteando sobre cortarme las uñas de los pies. Aun así, es probable que esté más cerca de la realidad que el tarugo que ve 162 partidos de béisbol al año. Yo ya he estado en mi infierno, sigo estando en mi infierno, así que no os sintáis superiores. El hecho de que esté vivo a los 71 años de edad, y parloteando de las uñas de los pies, es suficiente milagro para mí.
He estado leyendo a los filósofos. Son realmente tipos extraños, divertidos y alocados, jugadores.
Descartes llegó y dijo: estos tipos nos han estado largando pura mierda. Dijo que las matemáticas eran el modelo de la verdad absoluta y autoevidente. El mecanismo. Luego llegó Hume, con su ataque contra la validez del conocimiento causal científico. Y luego Kierkegaard: "Introduzco el dedo en la existencia; no huele a nada. ¿Dónde estoy?" Y luego llega Sartre, que afirmaba que la existencia era absurda. Adoro a estos tipos. Sacuden al mundo. ¿No les entrarían dolores de cabeza, pensando así? ¿No les rugía una avalancha negra entre los dientes? Cuando agarras a estos tipos y los pones junto a los hombres que veo caminar por la calle, o comer en los cafés, o aparecer en la pantalla del televisor, la diferencia es tan grande que algo se retuerce dentro de mí, me da una patada en las tripas.
Probablemente no me corte las uñas de los pies esta noche. No estoy loco pero tampoco estoy cuerdo. Bueno, no; puede que esté loco. De todas formas, hoy, cuando amanezca y lleguen las 2 de la tarde, estaré en la primera carrera del último día de carreras en Del Mar. He apostado todos los días, en todas las carreras. Creo que ahora voy a irme a dormir, con mis uñas como cuchillas arañando las benditas sábanas. Buenas noches.

Wednesday, October 27, 2004

Memoria de mis putas tristes.



Demasiado libro para tan poca novela. Lo que quiere decir y para dejarlo bien claro desde un principio: No está mal pero le falta.
Ahora, me explico: Memorias de mis putas tristes en realidad no es una novela, es un cuento publicado en un solo volumen con el afán de ganar unos mangos (cosa criticable si y solo si el objetivo fuese ése), o porque los editores se cansaron de esperar a que García Márquez escribiera algo más largo o terminara de completar el libro de cuentos en el que esta historia tendría su justo lugar. Y aquí está el primer punto en el que quiero detenerme: ésta historia, si hubiese formado parte de un volumen de cuentos, sería estupenda; ahora, como novela no lo es. Y alguien podrá preguntar:
¿En qué cambia el relato si se lo lee como novela o como cuento? ¿No es, acaso, la misma historia letra por letra y punto por punto? Pues sí, la historia es la misma. La diferencia estriba en que este volumen no lo escribió una persona cualquiera, la escribió Gabriel García Márquez, un Premio Nobel indiscutido (no como Pearl Buck, Darío Fo o Winston Churchill), la escribió un tipo capaz de obras como Cien años de soledad y Crónica de una muerte anunciada; así que uno (y creo que se tiene pleno derecho a ello) siempre quiere más. Eso es lo que se le demandará a cualquiera que tenga la capacidad para producir algo de calidad superior, ése es el precio que se debe pagar por ser Gabriel García Márquez.
Y aquí entro de lleno en el segundo -y más importante- punto. Memorias de mis putas tristes está bien escrita pero nada más, repito lo que dije antes: uno quiere más; y aquí no hay riesgo, no hay delirio, no hay búsqueda, no hay sueño. Sí hay una correcta escritura, sí hay puño, sí hay hábito, sí hay experiencia.
Un libro de García Márquez no es lo que está contenido entre la tapa y la contratapa, hoy un libro de García Márquez implica, también, la espectativa que se crea por él y lo que nos queda después; como la tensión de una cita a ciegas y el sueño -o la pesadilla- de la noche siguiente.

Nota al margen: Memorias de mis putas tristes me hizo recordar un libro (el cual espero que aún me esté esperando en Argentina) con el que tiene mucha similitudes pero al que considero muy, muy superior: Op Oloop, de Juan Filloy. Op Oloop (apócope de Optimus Oloop, todos los libros de Filloy tienen siete letras en sus títulos) es un hombre mayor, pulcro, rutinario, quien lleva un registro de sus relaciones sexuales (siempre con prostitutas). El día en que va a cumplir su milésima relación sexual invita a sus amigos a una cena para festejar, y de allí parte al prostíbulo. Luego querrá "salvar" a la joven prostitua en cuestión y morirá esa misma noche en una escena surrealista.
Transcribo de Memorias de mis putas tristes:

Nunca me he acostado con ninguna mujer sin pagarle, y a las pocas que no eran del oficio las convencí por la razón o por la fuerza de que recibieran la plata aunque fuera para botarla en la basura. Por mis veinte años empecé a llevar un registro con el nombre, la edad, el lugar, y un breve recordatorio de las circunstancias y el estilo. Hasta los cincuenta años eran quinientas catorce mujeres con las cuales había estado por lo menos una vez. (Pág. 16)

En síntesis: demasiado libro para tan poca novela y, si pueden, lean Op Oloop o cualquier otro libro del viejito Filloy y después me cuentan.

Monday, October 25, 2004

Angels in America.


Como dije en un post anterior, la televisión me aburre bastante, así que si puedo evitarlo lo hago. Y, de hecho, tengo bastante éxito al respecto. Pero de vez en cuando, si algún amigo o los hados me lo recomiendan, alquilo alguna serie en DVD y miro un poco de televisión.
Angels in America en una serie de seis capítulos que emitió HBO este año. Me decidí a verla porque los actores son casi un número puesto (Al Pacino, Meryl Streep, Emma Thompson, Marie-Louise Parker), porque la produjo y la emitió HBO (y ya tuve un par de experiencias agradables con este canal, una de ellas la estupenda Sex Feet Under) y porque recibió muy buenas críticas, punto éste que para mí no es determinante, pero que en éste caso terminó de empujarme.
La serie es extraña: tiene un guión personalísimo, unos diálogos estupendos, actuaciones impresionantes, una puesta en escena y una fotografía maravillosos; pero no puedo sintetizar de qué se trata.
Después de pensarlo durante un buen par de días podría arriegar una idea, pero tengo la sensación de que eso podría considerarse más como una muestra de lo que yo soy capaz de ver en vez de lo que realmente me estuvieron mostrando. En ese sentido mi idea podría considerarse una especie de Test de Rorschach Estético; aún así me voy a arriesgar: Angels in America habla más de la muerte de Dios que de la ausencia de Dios.
Y me explico: básicamente la serie gira alrededor de un personaje (un hombre joven, homosexual, enfermo de SIDA en avanzado estado) al que se le presenta un ángel para señalarle que él es el nuevo profeta y que debe conseguir que la humanidad deje de "moverse" (léase "migrar, evolucionar, avanzar, aprender, etc.") ya que este "movimiento" produce en el cielo el equivalente de terremotos y, por ende, producirá su destrucción final. Para complicar más las cosas Dios, aburrido ya de los ángeles, ha creado al hombre, pero luego abandona a toda su creación -tanto a los ángeles como a los hombres- y parece que jamás regresará.
¿Ya les dije que era extraña, no? Bien, cuando me refiero a la Muerte de Dios lo hago en el sentido que Nietzsche le dió a esa idea: Dios muere en el momento en que el hombre deja de creer en él o, también, en el momento en que el hombre deja de actuar en concordancia con la idea que se tiene de ese Dios, aún cuando ocupe toda su vida hablando de él y de esas ideas, las que se convierten en una fruta falsa, toda cáscara y nada de sustancia.
Sería tedioso enumerar a toda la galería de personajes, pero no hay excepción a la regla de que todos ellos son, en menor o mayor grado, almas torturadas por pasiones, enfermedades, miedos, mentiras y humillaciones varias. La humanidad, entonces, no es más que un conjunto de seres que no sólo a perdido a Dios, sino que, posiblemente, es la culpable de su muerte.
Aplausos para Al Pacino y Meryl Streep (vaya novedad), aplausos de pie para Jeffrey Wright y Marie-Louise Parker, pero tengo que sincerarme: Emma Thompson me puede. Ya sé que no es una gran belleza y todo lo que quieran; pero que quieren que les diga, con ángeles así hasta me dan ganas de volverme creyente.


Friday, October 22, 2004

El otro proceso de Kafka.


Éste libro podría compararse -en algún aspecto- con otro que leí hace poco tiempo: Jorge Luis Borges de Fernando Savater. Ambos son libros sobre grandes escritores escritos por otros grandes escritores y, además, ambos están escritos desde la pasión.
Elías Canetti lo deja claro desde el principio: "Yo leí esas cartas con una emoción que desde hacía mucho no había experimentado en la lectura de una obra literaria." (Pág. 10).
El muy adecuado título del libro es un resumen exacto de lo que vamos a encontrar en su interior. Canetti analiza las cartas que Kafka le escribió a Felice Bauer, una de las tres mujeres importantes en la vida del escritor checo (junto a Milena y a Grete Bloch amiga, ésta última, de Felice). Cartas que no solo nos dejan asomarnos a la intimidad de la pareja (a este respecto elpropio Canetti se siente un poco incómodo, como un vulgar voyeur, y se disculpa por ello), sino que esas cartas nos dejan ver la intimidad del propio Franz Kafka y comprender sus altibajos creativos.
El título hace referencia al "proceso" que las tres mujeres sometían a Kafka, proceso que no pocas veces era alimentado y magnificado por el torturado espíritu del escritor. A este respecto, el análisis de Canetti es impecable lo que, ayudado por su estilo sencillo y preciso, hace de éste un libro maravilloso.

Thursday, October 14, 2004

NO LOGO


Hay libros que se tornan fundamentales para comprender el mundo de hoy. Es más, podría decirse que el mundo de hoy no podría ser conocido o comprendido sin la ayuda de ciertos libros y autores fundamentales. Alvin Toffler, Margaret Mead, Arnold Toynbee, Sigmund Freud, Joseph Campbell, Friedrich Nietszche, Walter Benjamin, etc., fueron los más destacados del siglo XX. Ahora, en el siglo XXI vemos aparecer algunos libros estupendos que quizás tengan la fortuna de elevar a sus autores al nivel de íconos fundamentales a la hora de comprender éste, nuestro mundo del 2000.
Pero eso lo decidirá el tiempo, poco podemos hacer ahora más que suponer lo que solo en un tiempo lejano será una certeza.
Tomándome esa libertad, entonces, me atrevo a decir que NO LOGO será considerado como un libro indispensable para comprender estos tiempos tan extraños y convulsivos.
A traves de 500 páginas, Naomi Klein expone los engranajes, los hilos conductores, las motivaciones y los objetivos escondidos detrás de la tan mencionada y poco comprendida globalización. A lo largo de cuatro partes (cuyo títulos son toda una síntesis de contenido: "Sin espacio", "Sin opciones", "Sin trabajo", "No Logo") y de dieciocho capítulos, Klein nos paseapor todos los aspectos de las nuevas tendencias comerciales y sus consecuencias: fuga de trabajos, explotación, uso masivo de publicidad, adecuación de las pautas publicitarias con objetivos de condicionamiento, coherción a competidores pequeños, invasión masiva de espacios públicos, y la lista podría seguir y seguir.
Despues de haber leído No Lodo pude leer parte de otro libro interesante: "El malestar en la globalización" de Joseph Stiglitz; libro que sería un excelente complemento de este soberbio NO LOGO, y quizás libro que también podría pasar a formar parte de esa aún ignota biblioteca fundamental para comprender el siglo XXI.

Se aceptan colaboraciones al respecto.

Saturday, October 09, 2004

Guerra del Tiempo.


Es la primera vez que leo a Carpentier en relatos breves. De hecho no conozco libros de relatos de Alejo Carpentier pero si existen y alguien sabe de ellos pues que me lo haga saber.
Siento una especial predilección por autores que se destacan por cuestiones de estilo antes que por cuestiones temáticas. Así, en el panteón de los elegidos figuran William Faulkner, James Joyce, Jorge Luis Borges, Vladimir Nabokov, J.D. Salinger, Juan Carlos Onetti. Ahora, sin duda, tengo que sumar el nombre de Alejo Carpentier.
Cada página de sus novelas o de sus cuentos es una maravilla estilísca. En este libro en particular pude encontrar desde el delirio surrealista de "El Estudiante" hasta esa rareza que es "Viaje a la semilla", cuento en que la historia se narra hacia atrás (temporalmente hablando). Pero es imposible elegir un cuento por sobre los demás, ya que el estilo está en todos ellos haciendo que la historia quede en un segundo plano.
Les dejo, como muestra, el capítulo VI de "Oficio de Tinieblas"

El 20 de agosto, cuando apenas se entonaba en Agnus Dei de la misa de diez, las dos torres de la catedral se unieron en ángulo recto, arrojando las campanas sobre la cruz del ábside. En un segundo se contrariaron todas las perspectivas dela ciudad. Los aleros se embestían en medio de las calles. Tomando rumbos diversos, las paredes de las casas dejaban los tejados suspendidos en el aire, antes de estrellarlos con un tremendo molinete de vigas rotas. Las mulas rodaban por las calles empinadas, envueltas en nubes de carbón, con un casco cogido debajo de la cincha y gurupela azotándoles la crin. Las rosas del parque alzaron el vuelo, cayendo en zanjas y arroyos que habían extraviado el cauce. Y luego, aquella inestabilidad de la tierra, aquel temblor de anca exasperada por una avispa, aquel desajuste de las aceras, aquel cerrarse de lo abierto y abrirse de lo cerrado. Aún corriendo, dando gritos, llamando a la Virgen del Cobre, se advertía que una calleno tenía ya más salida que una alcoba de doncella o un archivo de notaría. A la tercera sacudida, los muebles también entraron en la danza. Pasando por encima de los barandales, los armarios se dieron a la fuga, largando por los vientres abiertos sus entrañas de sábana y mantel. Todas las vajillas explotaron a un tiempo. Los cristales se encajaron en las persianas. Anchas grietas, llenas de peines, camafeos, almanaques y daguerrotipos, dividían la ciudad en islas, ya que el agua de los aljibes, rotos los brocales, corría hacia el puerto.
Cuando la sangre comenzó a ensancharse en las telas, rasos y fieltros, todo había terminado. Un reloj de bolsillo, colgado aún de su leontina, marcó el adelanto de un minuto corto sobre los relojes muertos. Fuen entonces cuando los hombres, al verse todavía en pie, comprendieron que habían conocido un terremoto. Las moscas, salidas de no se sabía dónde, volaron a ras del suelo, más numerosas.

Tuesday, September 28, 2004

Rush. West Palm Beach.


Este concierto tuvo lugar hace un poco de tiempo atrás. Es la segunda vez que veo a Rush en vivo y no deja de sorprenderme. Los ví hace dos años en este mismo lugar, en la gira de Vapor Trails, primera gira en seis años. Ahora repetí, por suerte, la experiencia, en el marco de su gira de sus 30 años de carrera.
Quiero hacer, sobre todo, un comentario al que ya había hecho referencia en el post anterior: el respeto al público.
Los dos conciertos a los que asistí tuvieron una duración de tres horas (el primero) y tres horas y media (el segundo). Y ese es el hecho que mejor me hizo sentir; disfruté el show como hacía rato que no lo hacía; disfruté la música como siempre he disfrutado la música de Rush, pero el hecho de que esos tres tipos hayan estado tres horas o más dando lo mejor de sí mismos (¡Y de qué manera!) fue la mejor manera de retribuirme cada centavo que costó la entrada.
Contraejemplo de este hecho es lo que ocurrió al día siguiente del segundo concierto. En ese mismo lugar tocó Kiss. Yo no fui, pero lo hizo un amigo. El show fue bueno, pero tocaron poco más de hora y media y solo los éxitos reconocidos; es decir: un concierto para ganar dinero.
Los dos conciertos de Rush -aunque tuvieron canciones en común- fueron diferentes, lo que indica que ahí hubo mucha preparación, mucha programación y, sobre todo, mucho ensayo.
Después de 30 años podrían "dormirse en los laureles" y hacer un show más breve, con la mitad del sonido de las canciones pregrabado y con un par de músicos invitados, cosa de forrarse los bolsillos sin mucho trabajo; pero no, esas tres personas han ensayado lo suficiente como para que cada vez que se presentan en público, éste sepa que está recibiendo lo mejor que ellos pueden dar.

Si quieren ver algunas fotos pueden clickear abajo. Tengan en cuenta que estas fotos fueron sacadas con una camara digital digamos, medianamente precaria, asi que no pidan demasiada definicion ni nada por el estilo.
[1] [2] [3] [4] [5]

Monday, September 27, 2004

King Crimson. Eyes Wide Open.

La verdad es que antes de escribir esto ya había intentado poner por escrito alguna idea, pero me ví obligado a borrarlas un par de veces. Es que la verdad es que no sé por donde comenzar. La imposibilidad de catalogar la música de King Crimson fue uno de los escollos; y no porque necesite ponerle a una etiqueta a todo para así poder comprenderlo; sino porque, bueno, uno tiene sus limitaciones y la verdad que cuando a uno lo dejan con la boca abierta y los brazos caídos a los costados es porque, lisa y llanamente, ya no sabe qué es lo que tiene que decir.
Y, como ven, la confusión aún persiste. En fin, vamos a ponerle un límite a esto: comencemos por lo accesorio, o sea, por los datos.
Eyes Wide Open es un DVD doble. El primero de los discos fue grabado en Japón, 2003; el segundo en Londres, 2000. A pesar de los tres años que median entre uno y otro muchas de las canciones se repiten (The Construkction Of Light; The Deception Of The Thrush; The World's My Oyster Soup Kitchen Floor Wax Museum y alguna otra) pero eso no importa en el caso de King Crimson, ya que las versiones no son exactamente iguales, siempre hay un arreglito nuevo o algún cambio de sonido o una pequeña improvisación. Lo que sí es diferente es que en el caso del show en Japón ya se había lanzado al mercado el último trabajo en estudio de King Crimson
The Power To Believe,
así que en este disco tenemos algunas canciones nuevas.
¡Pero qué importa! Tratándose de King Crimson uno sabe que puede escuchar algo grabado ayer, hace diez años o hace veinte y va a encontrar la misma calidad, el mismo placer por la música bien hecha y el mismo respeto por el público (con respecto a este punto dentro de un par de días voy a hacer un comentario sobre un par de shows recientes, de los cuales mi esposa y yo fuimos a ver uno y un sobrino fue a ver el otro).
Y acá estoy otra vez parado ¿Por dónde empiezo? ¿A quién alabo primero?
Bueno, sin duda a Robert Fripp, ya que sin él King Crimson no sería lo que es; es decir: sin Fripp, King Crimson, sencillamente, no sería.
Pero, hoy por hoy, ¿Quién podría reemplazar a Adrian Belew? Tengo que reconocerlo: Adrian Belew me puede, este tipo es algo fuera de este mundo, es algo increíble verlo tocar la guitarra: versátil, creativo, potente, preciso, virtuoso. Solo con ver lo que hace con una guitarra eléctrica en canciones como The Construkction Of Light, por ejemplo, ya sería más que suficiente para reconocerlo como uno de los grandes guitarristas de la actualidad, pero si a alguno le queda una mínima duda puede ver la versión que hace -él solito y con guitarra acústica- de Three Of A Perfect Pair. despues me cuentan.
Si bien Fripp-Belew son EL DUO -hablando de guitarras-; Trey Gunn y Pat Mastelotto no se quedan atrás creando las bases. Gunn toca dos o tres versiones diferentes de Warr Guitar, una guitarra que él ha ayudado a diseñar y que tiene unas características de sonido muy particulares (además de físicas: 10 cuerdas y una extensión cromática similar a un piano) y bueno, Mastelotto en la batería es increíble; solo hay que pensar en lo que es la música de Crimson: potencia, cambios de ritmo constantes, precisión, improvisación; para darse una idea delo que es estar atras de una batería en esas condiciones.
En fin: No quiero caer en la vulgaridad de comparar un disco con el sexo, pero que va, ya estoy podrido de buscar los adjetivos adecuados y de no encontrarlos; entonces recurramos a un lugar común y comprendido por todos: Eyes Wide Open es todo un orgasmo en forma de música.

Para quien esté interesado en aspectos técnicos les dejo un par de enlaces:
Robert Fripp (Rag)
Trey Gunn (Warr Guitar)
Trey Gunn (Rag)

Friday, September 24, 2004

La Biblioteca de Babel.

Borgea crea, en su cuento La Biblioteca de Babel, un lugar donde existen TODOS los libros que podrían existir combinando "El número de símbolos ortográficos [que] es veinticinco". Así, por ejemplo, en algún estante está el libro que narra la historia de tu vida, y también existe el libro que niega la historia escrita en aquel primer volumen. Hay libros que solo difieren en una coma o en una sola letra y hay libros que están casi totalmente en blanco, solo con alguna palabra perdida en alguna de sus tantas páginas.
Este cuento siempreme ha fascinado particularmente; todo borges lo ha hecho, solo basta con ver ni apodoo nickname pero, repito, éste cuento me ha permitido "jugar", por asi decirlo, (y los juegos son otra de mis pasiones) con la realidad y los libros.
No lo hago conscientemente, es algo que ya tengo tan internalizado que no puedo evitarlo: cada vez que encuentro un libro con una falta de ortografía tengo la sensación de que tengo en mis manos un ejemplar particular de La Biblioteca de Babel. Un ejemplar único en su error, un ejemplar único en su propia existencia. Es así que no pocas veces guardo los libros que tienen esta característica; sobre todo si la diferencia es medianamente notable.
Hace poco tiempo compré la obra de Arthur Schopenhauer "El mundo como voluntad y representación" en dos volúmenes. Soy un lector veloz, pero a "El mundo como... " lo tomé con calma, no es un libro para andar a las corridas; hay que masticar bastante antes de poder tragar algún bocado. Todo iba bien hasta que llego a la página 22 y noto que ésta no continúa con el texto de la página anterior, aunque el número al pié de la página sí era el correcto. Busco por el resto del volumen la continuación del texto y no lo encuentro. Al no tratarse de una novelita cualquiera sino de un libro de filosofía en el cual la falta de un concepto puede ser determinante, pensé en devolverlo; pero luego tuve una idea: ¿Y si la página faltante no se encontraba en el volumen 1 si no en el 2? busqué allí y allí la encontré. Aunque la verdad es que no tuve que buscar mucho: la página 22 del primer volumen estaba (está) en la página 22 del segundo volumen (y viceversa).
Así que decidí no devolver el libro y quedármelo. Creo que tengo una auténtica rareza de La Biblioteca de Babel. Una obra de
la que debo leer 21 páginas de un volumen y saltar a la 22 del volumen siguiente para luego volver a la 23 del primero. Lo mismo debo hacer con el segundo volumen.
La única duda que me queda ahora -como siempre- es: ¿Qué otro error tendrá el libro del que yo no soy consciente?

Wednesday, September 22, 2004

El Código Da Vinci


Tengo por costumbre escribir algunas notas despues de leer un libro. En un cuaderno espiralado de 180 hojas voy anotando lo que podría considerarse más como comentarios que como críticas. Releo, ahora, lo que escribí después de leer El Código Da Vinci; y lo hago porque leí ésta nota, nota que me resultó por demás molesta.
No voy a transcribir todo lo que anoté en mi cuaderno, pero no hace falta. Todas las notas que leí sobre éste libro son parecidas, todas hablan del "extraño caso" de Dan Brown; un escritor mediocre que vende millones y que los seguirá vendiendo por un tiempo.
El Código Da Vinci es una novela mediocre, mal escrita y cobarde. ¿Por qué el éxito, entonces?
Pues creo -modestamente- que es por el mismo motivo que tiene más éxito una telenovela que una obra de teatro o, para dar un ejemplo más preciso: por el mismo motivo que tiene más éxito Britney Spears que Ian Anderson; así que no hay que asombrarse de que esto pase y de que seguirá pasando. En la medida que las editoriales ganen millones no vamos a conseguir que publiquen libros buenos a precios económicos ni nada por el estilo. Sin ir más lejos, la editorial Umbriel, la editorial española que publicó El Código Da Vinci porque ninguna otra editorial quería hacerlo, acaba de lanzar al mercado Ángeles y Demonios, la anterior novela de Dan Brown. Evidentemente, lo hacen para aprovechar el éxito comercial de El Código Da Vinci, ya que la diagramación y diseño de ambos libros se repiten exactamente.




No estoy en contra de los libros (sean novelas o cuentos o lo que sea) cuyo objetivo sea entretener; de hecho, compré El Código Da Vinci simplemente porque quería leer algo ligero, que me entretuviera por un buen rato. De lo que sí estoy en contra es de que se le falte el respeto al lector simplemente porque el autor está más ocupado en pensar en cómo ganar millones a toda costa, y no en presentar un producto digno y coherente.

Thursday, September 16, 2004

Six Feet Under

No me gusta la televisión. En general me aburre bastante, la encuentro falta de contenido y de ideas inteligentes. La culpa es de mi asma y de mis padres; el primero porque me impedía jugar como los demás chicos de mi barrio; los segundos porque, para mitigar aquella horas de soledad, no tuvieron mejor idea que regalarme libros y revistas.
Borges dijo (y la cita no es textual, la estoy haciendo de memoria) que todo tiene una función en esta vida, y que -quizás- una sola cosa buena sirva para compensar toda una serie de maldades; así, la existencia de una sola página de los Vedas sirva para compensar la existencia, por ejemplo, del Mío Cid. Parafraseándolo, podría decir que -quizás- toda, o gran parte, de la mediocridad televisiva se vea compensada por obras como Six Feet Under.
Todo en esta serie es superlativo: la idea, los guiones, los diálogos, la estructura de los personajes, las actuaciones, la dirección. Six Feet Under es un ejemplo de lo que se puede logar cuando, simplemente, se le pone ganas a un asunto. Cualquiera sea éste, cualquiera sea el medio, cualquiera sean los escollos.
Ahora, después de casi dos años, estoy reviendo esta serie. Desde que comencé a verla venía dándole vueltas a una idea a la que ayer, después de ver el cuarto capítulo, acabé de dar forma.
Todo partió de las preguntas: ¿Qué hace que esta serie sea tan extraña, tan original, tan adictiva?
¿Por qué cuando termina un capítulo queremos seguir viendo el siguiente y después otro y, si hay tiempo, otro más?
Arriesgo esta respuesta: porque Six Feet Under es una serie basada en ideas budistas.
Sí, así de simple: Six Feet Under es una serie budista; y me explico: la gente desconoce todo, o casi todo, sobre el budismo. Pero cuando las personas se acercan a esta filosofía (por favor, no la llamen religión, eso lo hacen -precisamente- quienes no saben nada del tema) se asombran de la sencillez y de la fuerza de esas ideas y, aunque no las pongan en práctica, aceptan de buen grado y, muchas veces con una sonrisa, sus ideas principales.
¿Y qué es lo que hace que Six Feet Under SEA una serie budista? Pues, por ejemplo, el hecho de que los personajes jamás juzgan al otro (hagan lo que hicieren, sean quienes fueren); el hecho de que los problemas solo se solucionan cuando se los enfrenta (y aclaro para aquellos que son adictos a Stallone, Schwarzenneger y compañía: empezar a las trompadas y reventar a tiros a medio mundo NO es la solución a los problemas, aunque estos seres así lo propongan.); al hecho de tomar a la muerte como algo natural, como una faceta más de la vida y que también de ella hay mucho que aprender. Pero hay algo más que me es imposible transcribir aquí: es la impecable puesta en escena de todas estas ideas, el hecho de que el autor no necesita jamás ser discursivo para enseñarnos lo que piensa. Simplemente él pone las cosas ahí, si las ves y quieres tomarlas pues, adelante; si no las ves o no te importa, tú te lo pierdes; la responsabilidad es tuya. Y eso también es budista.

Tuesday, September 14, 2004

Un año con Schopenhauer

Irvin D. Yalom es psiquiatra. En este libro (como en el anterior, El día que Nietszche lloró, que aún no he leído pero al que conozco) usa sus conocimientos psiquiátricos para analizar diferentes ideas y personas, con desigual resultado.
Para empezar: ¿Es necesario que todas las personas deban hacer terapia? Es bien sabido que el genio, esa cualidad humana tan extraña
y poco usual, conlleva una gran carga de sufrimiento; y la pregunta, ahora, sería: ¿Sería igual ese genio sin ese sufrimiento?
La pregunta ya ha sido formulada anteriormente y aún no ha sido respondida satisfactoriamente ¿Hasta qué punto no se transformaría en un ser anodino un genio al que se le "extirpara" ese sufrimiento?
esta pregunta no solo tiene un carácter práctico, cuantitativo. También plantea importantes temas éticos acerca del sufrimiento, de la libertad y de la conciencia humana.
Irvin D. Yalom toma partido, obivamente, por el tratamiento, por la cura. Aunque este punto está expuesto a lo largo de todo el libro, lo está de un modo leve (esta es una cuestión que voy a tratar más adelante: todo en la novela es leve)y solo se acrecienta hacia el final, com el "quiebre" de Philip/Schopenhauer. También, casi al final, en el capítulo 33 Yalom lo dice de manera explícita:

"De estar vivo hoy Arthur Schopenhauer, ¿correspondería hacerle un tratamiento psicoterapéutico? Seguramente. Buena parte de sus características así lo indican."

Las preguntas anteriores renacen, ahora, con una nueva fuerza. Y las dudas permanecen.

Lógicamente, no estoy en condiciones de dar una respuesta ni es el motivo de estas páginas el hacerlo; solo dejo planteado el interrogante que Irvin D. Yalom intentó cerrar y que, modestamente, creo que no pudo.
El punto que dejé abierto antes es el que quiero tratar ahora: la técnica de la novela.
Como ya dije antes, todo en la novela es leve: los dramas personales, las situaciones, el entorno. También lo es el ambiente (excepto por un par de capítulos al principio, el resto acurre en la sala donde se lleva a cabo la terapia grupal. los capítulos referentes a Schopenhauer son nada más que un pantallazo biográfico solo apto para que el lector reconozca los rasgos necesarios que unen a Philip/Schopenhauer)
Stephen King, en "Mientras Escribo", da una serie de consejos sobre cómo escribir ciertas situaciones, sobre cómo manejar los diálogos, etc. En éste último punto Yalom parece haber seguido los consejos de King al pie de la letra:
-... -Dijo X-.
-... -Acotó B-.
-... -Dijo H-.
Z interrumpió:
-...-
-... -Continuó S-.
Y así hasta el hartazgo.
Un último punto: "Un año con Schopenhauer" y "El día que Nietszche lloró" son dos títulos bastante malos, sobre todo el segundo; pero supongo que la inclusión del nombre de ambos filósofos en ellos se debee, más que nada, a una mera cuestión propagandística. ¿Qué vendrá después? ¿El mes que Platón durmió en la Termópilas?
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