Saturday, October 09, 2004

Guerra del Tiempo.


Es la primera vez que leo a Carpentier en relatos breves. De hecho no conozco libros de relatos de Alejo Carpentier pero si existen y alguien sabe de ellos pues que me lo haga saber.
Siento una especial predilección por autores que se destacan por cuestiones de estilo antes que por cuestiones temáticas. Así, en el panteón de los elegidos figuran William Faulkner, James Joyce, Jorge Luis Borges, Vladimir Nabokov, J.D. Salinger, Juan Carlos Onetti. Ahora, sin duda, tengo que sumar el nombre de Alejo Carpentier.
Cada página de sus novelas o de sus cuentos es una maravilla estilísca. En este libro en particular pude encontrar desde el delirio surrealista de "El Estudiante" hasta esa rareza que es "Viaje a la semilla", cuento en que la historia se narra hacia atrás (temporalmente hablando). Pero es imposible elegir un cuento por sobre los demás, ya que el estilo está en todos ellos haciendo que la historia quede en un segundo plano.
Les dejo, como muestra, el capítulo VI de "Oficio de Tinieblas"

El 20 de agosto, cuando apenas se entonaba en Agnus Dei de la misa de diez, las dos torres de la catedral se unieron en ángulo recto, arrojando las campanas sobre la cruz del ábside. En un segundo se contrariaron todas las perspectivas dela ciudad. Los aleros se embestían en medio de las calles. Tomando rumbos diversos, las paredes de las casas dejaban los tejados suspendidos en el aire, antes de estrellarlos con un tremendo molinete de vigas rotas. Las mulas rodaban por las calles empinadas, envueltas en nubes de carbón, con un casco cogido debajo de la cincha y gurupela azotándoles la crin. Las rosas del parque alzaron el vuelo, cayendo en zanjas y arroyos que habían extraviado el cauce. Y luego, aquella inestabilidad de la tierra, aquel temblor de anca exasperada por una avispa, aquel desajuste de las aceras, aquel cerrarse de lo abierto y abrirse de lo cerrado. Aún corriendo, dando gritos, llamando a la Virgen del Cobre, se advertía que una calleno tenía ya más salida que una alcoba de doncella o un archivo de notaría. A la tercera sacudida, los muebles también entraron en la danza. Pasando por encima de los barandales, los armarios se dieron a la fuga, largando por los vientres abiertos sus entrañas de sábana y mantel. Todas las vajillas explotaron a un tiempo. Los cristales se encajaron en las persianas. Anchas grietas, llenas de peines, camafeos, almanaques y daguerrotipos, dividían la ciudad en islas, ya que el agua de los aljibes, rotos los brocales, corría hacia el puerto.
Cuando la sangre comenzó a ensancharse en las telas, rasos y fieltros, todo había terminado. Un reloj de bolsillo, colgado aún de su leontina, marcó el adelanto de un minuto corto sobre los relojes muertos. Fuen entonces cuando los hombres, al verse todavía en pie, comprendieron que habían conocido un terremoto. Las moscas, salidas de no se sabía dónde, volaron a ras del suelo, más numerosas.

2 comments:

Anonymous said...

ESte es un autor fantastico, la mayoria de sus obras son sensacionales, te recomiendo si puedes leer mas de el.


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Buy Viagra

Anonymous said...

Bueno que puedo decir es una muy buena información me encanta saber de esos chismes ya que soy una vieja muyu chismosa tanto así que dejenme contarles que mi esposo recive Discount Viagra e algunas farmacias de la región.

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