Saturday, January 22, 2005

La ley bajo los escombros.

No voy a hablar mucho de este libro. No hay nada que pueda decirse cuando uno se siente tan avergonzado, tan dolorosamente avrgonzado.
Gabriel Levinas nos ofrece en este breve volumen una serie de pruebas que, si bien no nos llevan sobre pista de los culpables, nos hacen ver que tampoco hay muchas posibilidades de que esto suceda. El libro está muy bien documentado y la presentación de los datos -al igual que su análisis- es concisa y equilibrada (a éste respecto el libro incluye en su parte final la reproducción total de un reportaje realizado por Horacio Bervitsky, en el que el abogado Gregorio da razones opuestas a las del propio Levinas).
Hay veces que debemos bajar de los etéreos aires de la literatura y revolcarnos un poco en la miseria que nos rodea. No es placentero, pero si no lo hacemos corremos el riesgo de cegarnos por voluntad propia, y si bien "los macarras de la moral", como bien dice Serrat, son quienes tienen más posibilidades de salirse con la suya, por lo menos uno debe tener el buen tono de no ayudarlos en sus intenciones.

Thursday, January 20, 2005

Hero

Quienes habitualmente se acercan a este blog sabe que no soy muy aficionado a la televisión, me agota tener que cambiar constantemente de canal para no encontrar nada que me agrade. Para lo que sí uso el aparato de T.V. es para ver cine y conciertos, los que alquilo o compro para disfrutarlos sin cortes publicitarios ni comentarios hechos por conductores que no saben -ni les interesa- nada del tema.
Pero aún dentro del amplio espectro de películas que se incluyen dentro del genérico término de cine, no soy muy afecto a las películas donde la acción prime por sí misma, sin el apoyo de una buena historia que la justifique; no soy muy afecto, en síntesis, a las películas de artes marciales en general o películas -como decía un amigo no sin cierto dejo despectivo- "de chinitos voladores".
Así que cuando alguien apareció por casa con Hero me preparé paraun par de horas de patadas, trompadas, huesos rotos y acrobacias varias, todo machacado con gritos cortos y chillidos agudos.
Y bien, la realidad fue bien otra: debo reconocer que me sorprendí. Hero resultó ser una muy buiena película. Sí, ahí están las peleas y todo eso, pero éstas son realizadas como una danza, persiguiendo un fin coreográfico; con una fotografía asombrosa y un ligero tono simbólico.
Las actuaciones son buenas, medidas, pero hay que reconocer que el idioma pesa mucho a la hora de la inevitable personificación. Aún así se hace notar la mano del director a la hora de mantener a los distintos personajes casi a un mismo nivel de atención, cosa que ayuda mucho al desarrollo de la trama y al equilibrio general de la historia.
Dejo para lo último el comentario sobre lo mejor de la película: el guión. No creo estar muy lejos de la verdad cuando supongo que hay en Hero algún homenaje a Rashomon de Akira Kurosawa. En ésta última, algunas personas deben declarar ante unos jueces sobre un crimen, las distintas historias que cada uno narra sobre los hechos nos son mostradas según los ppersonajes las van narrando, así, el espectador va recreando los verdaderos hechos. En Hero, un personaje solitario se enfrenta al emperador, y desde aquí el medio narrativo es similar: a medida que el personaje narra la historia los hechos nos son mostrados a los espectadores. En ambas películas la tensión crece de manera similar; a primera historia nunca es la verdadera y a cada nueva narración nuevos datos se suman para aclarar ciertos puntos importantes.
Como en toda película de tono heroico, grandilocuente, Hero está plagada de acciones humanas que rozan lo increíble o lo magnífico, pero estos hechos nos son mostrados más como símbolos que como realidades, y están hechos con tan buen gusto y delicadeza que en ningún momento caen en el absurdo o ridículo. Afortunadamente.

Friday, January 14, 2005

Lewis Carroll.

Éste fue el primer libro que tuve en EE.UU., y fue un regalo. Sin duda, los libros que hemos leído en nuestra infancia y adolescencia son aquellos que más profundamente nos marcan; quizás porque el espíritu y el intelecto de un chico sean una arcilla blanda, aún sin forma propia, maleable, lo cierto es que las huellas que esas páginas dejan en nosotros difícilmente se borren.
No voy a criticar aquí, como suelo hacer con los libros que voy leyendo, el libro cuya tapa ven más arriba (tampoco estaría en condiciones de hacerlo, aún si quisiera, cuando en la tapa se lee "Obras Completas" quiere decir exactamente eso. Este volumen contiene desde los dos libros de Alicia hasta los trabajos de lógica pasando por la poesía de Carroll), sino que simplemente quiero recordar a Lewis Carroll en el día de su nacimeinto. De hecho, hoy Carroll cumpliría 107 años.
Para quienes disfrutamos (y a veces lo seguimos haciendo) de las páginas de Charles Lutwidge Dodgson aquí les dejo uno de sus clásicos.
Sí, ya sé que está en inglés, pero también les dejo un enlaze a algunas traducciones, y digo algunas porque la traducción de este poema en particular ha acarreado cientos de análisis, notas, comentarios, opiniones, etc. Y lo seguirá haciendo, sin duda. ¿Cuál de todas les gusta más?

Jaberwocky
By Lewis Carroll
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.


"Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!"


He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought-
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.


And, as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffing through the tugey wood,
And burbled as it came!


One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.


"And hast thou slain the Jaberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!"
He chortled in his joy.


'Twas brillig, and the slithy toves
Did grye and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe

Traducciones

Thursday, January 13, 2005

Las señales de la memoria.

Las señales de la memoria es la transcripción de unas charlas mantenidas entre Juan José Sebreli y Orfilia Poleman en 1986. Debido a éste último hecho faltan en este libro referencias a las obras más importantes y ambiciosas de Sebreli como El asedio a la modernidad o Escritos sobre escritos ciudades bajo ciudades.
Hay muchos aspectos a destacar en este volumen, por ejemplo la notable y saludable capacidad autocrítica que tiene Sebreli, quien no tiene problema alguno en reconocer errores -algunos de ellos profundos- en trabajos, libros o formas de pensar anteriores; cosa ésta que le ocurre a todo el mundo, obviamente, pero que pocos están dispuestos a aceptar y mucho menos a declarar abiertamente.
Nadie puede dudar de la inteligencia ni del amplio y profundo nivel cultural que Sebreli posee, pero esto, a veces, juega en su contra, ya que por momentos -sobre todo en los primeros capítulos- esa misma capacidad y profundidad intelectual lo hace perderse en tediosas y extensas enumeraciones que no hacen otra cosa que entorpecer la lectura. Cuando Sebreli deja de lado estos asuntos y se pone a pensar y a transmitir esos pensamientos, el libro se torna interesantísimo, amplio, profundo, inteligente. Uno, quizás, pueda disentir con las ideas de este autor, pero no puede dejar de agradecer ni de admirar esa gran amplitud de conceptos que incluyen sus ideas. No podría ser de otro modo, podría decirse, ya que un verdadero pensador jamás sería dogmático ni determinante en su exposición; pero bien sabemos que la historia nos ha mostrado a varios de esos personajes que para tapar la debilidad de sus ideas no hacen más que intentar degradar a las ideas ajenas.
Hay un hecho que me llamó la atención y es que Sebreli dice cosas como: "No comparto la boga del barroco" (Pág. 62) o, en el siguiente capítulo: "Como en la historia de la literatura, también en la historia de las artes plásticas ocurre que los pintores de segundo orden son más representativos de su época y de su sociedad que los grandes [...] Por eso me dediqué a la búsqueda de pintores olvidados y aún desdeñados, ..." (Pág. 82). Quizás Sebreli tenga algo de razón, en realidad ese solo tema sería suficiente para todo un ensayo, pero me quedó la extraña sensación de que ese desdén por las grandes figuras artísticas en desmedro de las sedundarias se parece más a un vedettismo intelectual, a una forma de mostrar una cultura hiperdesarrollada, ya que muy poca gente -incluidos intelectuales de renombre- estarían en condiciones, no ya de refutar sino, siquiera, de opinar al respecto.
De todos modos, esta es una sensación mínima y pasajera; en líneas generales la mayor parte del libro es grato de leer, aunque uno no siempre esté a la altura intelectual de Juan José Sebreli.

Sunday, January 02, 2005

Las Cosmicómicas.

Las cosmicómicas es un libro raro. Contiene doce relatos independientes (con un sólo elemento en común: el personaje principal) pero que se disfrutan leyéndolos como un todo. Es un libro entretenido pero que difícilmente uno se anime a recomendar.
Cada relato tiene la misma forma: un encabezamiento en el que se destaca un dato científico en particular y luego el cuento en sí, en el cual el personaje nombrado (llamado Qfwfq) narra su experiencia en el caso. Pra que tengan una vaga idea de qué va el asunto, aqui les transcribo los comienzos de dos cuentos: "Un signo en el espacio" y "Juegos sin fin", respectivamente.

"Situado en la zona exterior de la Vía Láctea, el Sol tarda casi 200 millones de años en cumplir una revolución completa de la Galaxia.

Exacto, es el tiempo que tarda, nada menos -dijo Qfwfq-, yo una vez al pasar hice un signo en un punto en el espacio, a propósito, para poder encontrarlo doscientos millones de años después, cuando pasáramos por allí en la segunda vuelta."

"Si las galaxias se alejan, el enrarecimiento del universo es compensado por la formación de nuevas galaxias compuestas de materia que se crea ex novo. Para mantener estable la densidad media del universo, basta que se forme un átomo de hidrógeno cada 250 millones de años por cada 40 centímetros cúbicos de espacio en expansión. (Esta teoría, llamada del "estado estacionario", ha sido contrapuesta a la otra hipótesis de que el universo fue originado, en un momento preciso, por una gigantesca explosión.)

Yo era un chico y ya me había dado cuenta -contó Qfwfq-. Los átomos de hidrógeno los conocía uno por uno, y cuando aparecía uno nuevo lo sabía. En los tiempos de mi infancia para divertirnos sólo había en todo el universo átomos de hidrógeno, y no hacíamos más que jugar con ellos, yo y otro chico de mi edad que se llamaba Pfwfp."

A partir de allí Calvino se dedica a jugar son todo lo que se ponga a su alcance: Personajes, teorías, ideas, situaciones, palabras, etc. etc. El resultado es un libro divertido y que a veces me ha arrancado algunas buenas carcajadas ("Los años-luz") pero, repito: es un libro que no me haría recomendarlo, ya que el tipo de humor que maneja y estas formas de literatura tan libres no siempre son del agrado de la mayoría de las personas. (Cosa que me ha pasado con algunos libros de Stanislaw Lem, por ejemplo.) Pero quien no tenga ideas preconcebidas con respecto a lo que debe ser la literatura y quien disfrute de un poco de humor simple, sano y no pocas veces surrealista, hará bien en darle una oportunidad a éste libro que no tiene más pretensiones que divertir.









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